[ Volver a la página anterior ]

GUARDA ESTA RECETA EN TU COMPUTADORA Aquí te dejamos la descarga de esta receta en formato html para que puedas guardarla en tu computadora e imprimirla. Vínculo Patrocinado Nota: para poder abrir archivos html solo necesitas tener instalado internet explorer u otro navegador web. download Si no funciona la descarga en tu navegador de internet guárdate la pagina llendo "archivo" del menu superior y selecciona "guardar como". Esta aclaracion te la damos ya que en el algunos de los navegadores no suele funcionar bien el link de descarga.

Ingredientes para cuatro raciones:

Una bola de apio (o en su defecto un par de tallos)
Dos manzanas hermosas, de piel roja a ser posible
24 nueces del país (las de California son más bonitas, pero tienen menos sabor)
Medio litro de mahonesa hecha con aceite de maíz
300 centilitros de nata líquida para montar
Dos pechugas de pollo
Ocho carabineros, o en su defecto, doce langostinos

Elaboración:

La receta original de la ensalada Waldorf no lleva ni pollo ni langostinos, pero como se trata de un plato típico de fiesta, un primer plato para cuando hay invitados, pues para darle algo más de empaque le he añadido estos complementos, pero realmente lo más interesante es la combinación de sabores que produce el apio con las nueces y las manzanas.
El apio que se usa es el de bola (celerí rave), pero si no se encuentra se puede sustituir por el blanco de tallos.
Se corta en bastoncitos finos y se reserva en un agua fuertemente acidulada con zumo de limón.
La manzana se lava bien, debe servirse con piel para mantener su textura y sabor, se descorazona, con una canción de Julio Iglesias por ejemplo, se corta en láminas y se conserva también en agua de limón.
El pollo debe estar cocido. Por ejemplo hacemos un caldo con las pechugas, cebolla, puerros y zanahoria (está riquísimo y a media mañana sienta de maravilla), y la carne se corta en daditos pequeños y se reserva cubierta con una servilleta húmeda.
Los carabineros, o en su defecto langostinos, se cuecen según su tamaño, pero procurando que queden más bien poco hechos (con el agua hirviendo, se echan, y cuando vuelve a romper a hervir, se dejan solo un minuto, y si son medianos, menos).
Para la salsa preparamos una mahonesa algo subida de zumo de limón. Aparte montamos la nata, y cuando esté ya sólida, le incorporamos poco a poco la mahonesa sin dejar de batir, así obtendremos una mahonesa muy ligera y cremosa.
Se monta ya al gusto del cocinero, pero lo clásico es hacerlo en copas de champán Pompadour, o sea, las planas, las más horteras.